Consejos útiles

Estos son algunos consejos para alargar la vida de nuestras cuerdas.

Mantenimiento de las Cuerdas

Las cuerdas de Folch Ropes están diseñadas para durar. Sin embargo, como cualquiera otra herramienta de trabajo, hay que tratarlas bien para evitar un deterioro prematuro.
Estos son algunos consejos para alargar la vida de nuestras cuerdas:

Antes de su uso

  • Adquiere siempre la cuerda adecuada para el uso que le vas a dar. Lee la ficha técnica, asegúrate de que entiendes toda la información y, si tienes dudas, déjate asesorar por los expertos.
  • Elabora un registro de la cuerda con el año de fabricación, la fecha de compra, la fecha del primer uso, etc. Ve anotando en él los usos que le das y complétalo con fotografías.
  • Instala el material correctamente. Ya sea una polea, un amarre, una línea de vida o una tirolina, si preparas la instalación a conciencia evitarás dañar la cuerda, además de correr riesgos innecesarios.
  • Revisa las cuerdas antes y después de cada uso, especialmente si de ello depende la seguridad directa de los usuarios.


Durante el uso

  • Alterna las puntas. Las cuerdas se gastan más por los extremos: si los alternas, evitarás que el extremo que más trabaja se deteriore más rápidamente.
  • Vigila los roces. Una cuerda en carga no debería sufrir ninguna acción abrasiva. Si no es posible evitarlo, o si los roces vienen de elementos como descensores o bloqueadores, trata de minimizar la fricción protegiendo el tramo de cuerda con un manguito u otro tipo de accesorio. Evita siempre los rozamientos de cuerda contra cuerda.
  • No la pises. La cuerda sufre si la aplastas. Y aunque a simple vista no se vea, sus filamentos internos se van debilitando con cada pisotón. Además, en la suela del calzado llevamos gravilla, arena o minúsculos trozos de cristal que pueden quedar clavados en la cuerda.
  • No la expongas a componentes tóxicos. Pinturas, disolventes, aceite de motor, gasolina… La mayoría de estos productos tienen un efecto nocivo sobre la salud de las cuerdas. Si no puedes protegerlas de ellos por la propia naturaleza del trabajo, procura trabajar con cuerdas indicadas para este tipo de entornos.
  • Evita las exposiciones prolongadas al sol y a la intemperie, ya que estas aceleran su envejecimiento. Si, por el propio uso de la cuerda eso no es posible (por ejemplo, en trabajos rurales o en alta mar), recuerda que deberás reemplazar tu cuerda antes.

 
Tras su uso

  • Lava las cuerdas de vez en cuando. Siempre con agua templada y jabón neutro. En el caso de los cabos de mar, acláralos con frecuencia con agua dulce para eliminar la sal y el yodo.
  • No laves las cuerdas en la lavadora. El centrifugado y el aclarado en movimiento rompen las fibras. Si en alguna ocasión debes lavar tu cuerda en la lavadora, hazlo con la cuerda metida en una funda de almohada cerrada y con un programa para ropa delicada.
  • No las seques al sol o en fuentes de calor directo, como la secadora o el radiador. Los cambios de temperatura debilitan las fibras y terminan por quebrarlas.
  • Enróllala de forma correcta, en rizos anchos, y cíñela sin apretar. Si la guardas en una bolsa específica, no necesitas enrollarla.

 
Almacenaje

Una cuerda guardada correctamente acusa muy poco el paso del tiempo por la acción almacenaje. Por ello, merece la pena encontrar el lugar perfecto para guardarla.

  • El sitio perfecto para almacenar una cuerda es un espacio seco, limpio de polvo, sin humedades y sin luz solar directa.
  • No dejes la cuerda directamente en el maletero cuando la traslades, ni tampoco la metas en su bolsa si está mojada. La cuerda debe secarse antes por completo, a la sombra y en un lugar ventilado, a poder ser, al aire libre.
  • Usa bolsas adecuadas, preferiblemente sintéticas.

  

¿Cuándo desechar una cuerda?

Las cuerdas no son eternas. Han nacido para trabajar y durar muchos años, pero tarde o temprano tendremos que reemplazarlas.

¿Cómo sabemos cuándo le ha llegado la hora a una cuerda? Estos son los principales síntomas de que una cuerda debe ser retirada (y ante la duda, mejor antes que después):

  • Cuerda descolorida: La pérdida de color en una cuerda indica que ha sido expuesta a los rayos UV durante largo tiempo. Si ha perdido color, significa que también ha perdido flexibilidad y sus fibras están próximas a quebrarse, por lo que se aconseja su retirada.
  • Cuerda aplanada: Una cuerda que presenta algún tramo aplastado o que ha perdido la forma cilíndrica indica que sus filamentos internos están rotos o pegados, y no es óptima para su uso.
  • Cuerda deshilachada: Una cuerda en buen estado muestra una superficie totalmente lisa. La presencia de hilos rotos indica que la cuerda debe ser retirada.
  • Cuerda con mucha pelusa: Si la camisa muestra cierto pelo, es señal de que la cuerda está usada, pero no tiene por qué estar en mal estado. Sin embargo, una cuerda con mucha pelusa ha envejecido demasiado y debe ser retirada.
  • Cuerda a la que se le ve el alma: Cuando el deshilachado de la camisa es muy profundo, o cuando hay perforación, la cuerda muestra el alma, es decir, su estructura interna. Debe ser retirada inmediatamente.
  • Cuerda con más de 150 usos: Es una cuerda que ya ha trabajado mucho y recomendamos su reemplazo.
  • Cuerda que ha cumplido 10 años: Se recomienda su retirada, ¡incluso si no ha sido usada!

 

¿Cómo revisar una cuerda?

Para saber cuándo una cuerda ha perdido rendimiento, o debe ser desechada, no siempre hay someterla a pruebas de laboratorio: nosotros mismos podemos hacer comprobaciones para constatar que no ha sufrido ningún daño que comprometa su capacidad de respuesta.

Estas son algunas de las pruebas que podemos realizar a nuestras cuerdas:

  • Revisión con las manos: La cuerda debe mostrarse homogénea al tacto cuando la cogemos o presionamos con los dedos. Si detectamos una zona más blanda, puede ser síntoma de deslizamiento de la camisa sobre el alma, o de roturas internas de fibras. La cuerda en este caso debe ser descartada. Del mismo modo, si detectamos algún tramo aplastado, así como bultos, hundimientos, estiramientos excesivos, tramos blandos, etc., la cuerda ya no es apta para su uso.
  • Revisión de la curva: En una cuerda trenzada, la curva se obtiene doblándola por cualquier punto, sin forzar. Al hacerlo, la cuerda dibuja una curva totalmente redonda. Si, en vez de redondearse, se alarga o dibuja una forma irregular, la cuerda está en mal estado.

Recuerda siempre que, en actividades que impliquen la seguridad personal, como en el caso de la escalada o de los trabajos verticales, hay que revisar la cuerda antes y después de cada uso.